1. Disminuye los alimentos ultraprocesados o elaborados con grasas industriales.
Una dieta rica y equilibrada, fundamentada en el consumo de vitaminas, proteínas e hidratos de carbono, no ha lugar para el consumo de bollería industrial o alimentos precocinados.
2. Elimina las bebidas azucaradas y toda fuente de calorías libres, es decir, alimentos con azúcares refinados.
La famosa bebida de Cola tiene adeptos por todos los rincones del mundo, sin embargo, es una bebida que aumenta drásticamente nuestro nivel de azúcar en sangre, así como el número de calorías, lo que conlleva un aumento de peso y del volumen de nuestro cuerpo.
3. Incluye en tu dieta cinco piezas de frutas o verduras, preferiblemente enteras en el primer caso, cada día.
Es un paso básico, sencillo, y que sin embargo nos solemos saltar habitualmente. Entre la gran variedad de frutas que tenemos a nuestro alcance, ¿de verdad no hay ninguna que nos guste? O incluso, ¿por qué no una verdura? Tomaos este punto en serio, porque su consumo marca la diferencia definitivamente a la hora de bajar de peso.
4. Aumenta el consumo de cereales, legumbres y frutos secos.
Con los frutos secos debéis ser precavidos y vigilar las cantidades, pues son muy calóricos, pero aportan muchos nutrientes. En cuanto al volumen de hidratos, una pequeña cantidad de arroz o legumbre acompañando un pescado o una carne puede ser un plato completo, rico y muy equilibrado.
5. Consume alimentos con alto valor proteico
El consumo de proteínas a través de carnes y pescado es fácil de cocinar y su sabor es muy agradecido. Las pechugas de pollo, por ejemplo, os darán el aporte de energía y proteínas que necesitáis, y si lo acompañáis con una pequeña ración de verduras, mucho mejor.
Probablemente, leyendo este enunciado, muchos estaréis pensando en una rebanada de pan. No es mala idea, si el producto es bueno. El pan ultraprocesado o industrial aporta muchísimas calorías y apenas nutrientes, por lo que, si no disponéis de un buen pan a vuestro alcance, optad por otro tipo de hidrato de carbono, como el arroz o legumbres.
7. Utiliza aceites naturales respetuosos con tu organismo
En España, disponemos del “oro líquido” de la cocina, el aceite de oliva virgen extra, una verdadera maravilla para cocinar nuestros platos o acompañar nuestras mejores ensaladas. Es natural y saludable, por lo que resulta un gran aliado.
8. Intenta hidratarte únicamente con agua
Acompaña tus comidas con agua en lugar de con un refresco cualquiera –ni que decir si se trata de la famosa bebida de Cola, o aquellos que “dan alas”, así como desproporcionadas cantidades de azúcares, cafeína y taurína- siempre es una buena opción.
9. Respeta en tu dieta todos los grupos de alimentos, ya que el cuerpo necesita carbohidratos, grasas y proteínas.
Realiza todas las comidas diarias que necesitamos y con una dieta variada y equilibrada.
10. Las dietas milagro no existen. Tampoco practiques deporte hasta extenuarte. Haz ejercicio de manera habitual.
Si no estás acostumbrado a hacer ejercicio, un poquito todos los días supondrá mejores y mayores resultados que una larga sesión de entrenamiento una sola vez, ya que no volverás a hacerlo por el cansancio y desgaste que te ha supuesto.